[Fwd: [Anuncios] 4 de mayo: día de acción global contra los DRM]

Beatriz Busaniche bea en vialibre.org.ar
Mar Mayo 4 14:40:21 UTC 2010


Agradecemos la difusión
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4 de mayo: día de acción global contra los DRM

Los sistemas de restricción de acceso también conocidos como DRM (en su
sigla en inglés, eso significa Digital Rights Management o Digital
Restrictions Management según de qué lado del mostrador nos ubiquemos)
han sido diseñados por la industria del entretenimiento para ejercer una
tarea bastante poco digna: controlar la difusión de la cultura.

No son cosa nueva. De hecho, los denominados tratados de internet de la
OMPI incluyen en sus párrafos la necesidad de que los países arbitren
las medidas legales para preservar las medidas técnicas de restricción
(en los tratados internacionales se los denomina TPM Technical
Protection Measures). Estos tratados del año 1996 son la primera
regulación global en la materia y son los causantes de que muchas
legislaciones en el mundo criminalicen el simple acto de saltar una
restricción técnica.

Estas leyes y tratados se aprobaron sin que la ciudadanía tuviera mucho
que decir y por supuesto, sin que muchos entendieran los reales alcances
de estas regulaciones técnicas. Todavía hoy no hay noticias de
circulación masiva sobre lo que implica dotar a nuestros libros y
canciones de medidas de restricción técnica.

Para echar un poco de claridad en el asunto, digamos que los sistemas
técnicos de restricción de acceso tiene múltiples potencialidades,
aplicaciones y mecanismos, pero todos sirven para las mismas tareas:
controlar y restringir.

Las industrias culturales, conscientes de que a medida que digitalicen
sus productos tendrán cada vez mayor dificultad para venderlos por
unidades, investigan permanentemente la forma de restringir
arbitrariamente el acceso a libros, películas o canciones. En el mundo
digital, el original es indistinguible de la copia. El original no es
otra cosa que una copia, y por tanto copiar y redistribuir es un acto
sencillo y económico. En este contexto, la industria pretende cambiar su
modelo clásico de venta de bienes culturales a un modelo de pago por
lectura (pay per view), para lo cual, restringir el acceso a la cultura
como primera medida es indispensable.

Los DRM tienen la misión de velar por el control que las industrias del
entretenimiento ejercen sobre la cultura y lo hacen, de manera genérica,
a través de tres grandes funciones:

    * detectan quién accede a cada obra, cuándo y bajo qué condiciones,
y pueden reportar esta información al proveedor de la obra;
    * autorizan o deniegan de manera inapelable el acceso a la obra, de
acuerdo a condiciones que pueden ser cambiadas unilateralmente por el
proveedor de la misma con total independencia del lo que dicte el marco
jurídico;
    * cuando autorizan el acceso, lo hacen bajo condiciones restrictivas
que son fijadas unilateralmente por el proveedor de la obra,
independientemente de los derechos que la ley otorgue al autor o al público.

Llevemos el ejemplo al caso concreto de los libros. Los dispositivos de
lectura de libros electrónicos están de moda y son el nuevo producto
estrella de la industria tecnológica. Sin embargo, nada se dice sobre
las medidas técnicas que tienen dispositivos como el iPad o el Kindle,
ambos, plagados de sistemas de restricción y control.

Los sistemas de restricción técnica que traen estos dispositivos ponen
en riesgo varios derechos de los lectores, entre ellos, la posibilidad
de leer de forma anónima, el derecho a prestar y compartir un libro con
amigos y familiares, el derecho a comprar y vender libros usados, el
derecho a conservar los libros y volver a leerlos años después, el
derecho a donar un libro a una biblioteca pública o a una escuela, o
simplemente el ejercicio del derecho a leer.

Los libros que compramos bajo estos sistemas no se pueden prestar ni
regalar, interrumpiendo así uno de los procesos más importantes de la
difusión cultural, la lectura compartida. Además, aquel que nos vendió
la obra mantiene control sobre ella, aunque el libro ya se encuentre en
nuestra propia biblioteca.

Es posible que alguien esté dispuesto a renunciar a estos derechos por
el simple hecho de tener un dispositivo de moda o por la comodidad de
transportar cientos de libros en un sólo equipo portátil. Sin embargo,
el día que todos claudiquemos ante esa comodidad, el derecho a leer
estará en serio riesgo.

Hoy 4 de mayo, llamamos a resistir el uso de sistemas de restricción y
control técnico sobre la cultura, exigimos que los dispositivos que
contengan estas medidas estén debidamente etiquetados para que los
consumidores estemos al tanto de sus características antes de decidir
una compra, rechazamos la criminalización de quienes desarrollan y
diseminan sistemas para saltar las medidas técnicas y solicitamos que se
penalice el uso de DRM para implementar restricciones más fuertes que el
copyright (como por ejemplo, impedir el uso justo o restringir acceso a
obras en dominio público).

Más información sobre esta campaña y la historia de los sistemas de
Gestión Digital de Restricciones está disponible en el sitio Defective
By Design de la Free Software Foundation.
http://www.defectivebydesign.org/

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literal de este artículo completo están permitidas en todo el mundo, sin
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